AYUDA PARA AFECTADOS DE LA TORMENTA AGATHA
Afectados en la comunidad de Piedra Santa
Ágatha deja reguero de destrucción y muerte en Centroamérica
Tras el diluvio del fin de semana, los guatemaltecos se afaron el lunes en recuperar sus pertenencias y limpiar el fango que anegó y en muchos casos destruyó sus casas, mientras los cuerpos de socorro establecían nuevos balances de la destrucción.
Las lluvias que dejó Agatha en Guatemala ocasionaron 123 muertos, 90 desaparecidos y dejaron más de 155 mil evacuados, informó la noche de este lunes el presidente Álvaro Colom. Ese número de víctimas se suma a las 17 muertes registradas hasta el momento en Honduras y a las diez en El Salvador.
"Quiero aclarar que estos son números provisionales porque a cada rato sigue llegando nueva información" , advirtió al reconocer que "existen muchas aldeas que aún no han podido reportar sus tragedias" al estar incomunicadas por deslaves y destrucción o colapso de 106 puentes.
Para la Cruz Roja, habría al menos 144 muertos, 53 desaparecidos y más de 45 mil evacuados en toda la región, según reveló Paco Maldonado, coordinador de la Unidad Panamericana de Respuesta a Desastres de la Cruz Roja, con sede en Panamá.
Como suele ser habitual cuando las catástrofes naturales acechan a esta pobre región, donde suelen registrarse sismos, erupciones volcánicas y huracanes, los más afectados son los pobres.
En el caso de Guatemala la pobreza golpea fundamentalmente a las comunidades indígenas, casi la mitad de la población. Los más pobres construyen sus modestas y endebles viviendas en lugares de riesgo, como laderas de los cerros o a orillas de ríos.
"Primero fue la lluvia de ceniza (del volcán Pacaya) y luego el agua. Un fenómeno detrás de otro, casi sin tiempo para reaccionar, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados y hay que ayudar a salvar vidas y bienes" , se lamentó Julio Figueroa, residente del municipio de Palín, Escuintla.
En esta región, las lluvias se han sumado a la erupción el pasado jueves del volcán Pacaya, situado a 50 km al sur de la ciudad de Guatemala, que ha escupido cenizas, arena y gases a cien kilómetros a la redonda, obligando al cierre del aeropuerto internacional de la capital guatemalteca.
El gobierno anunció que se volverá a abrir este martes.
"No podemos esperar a que nos llegue la ayuda. En teoría las autoridades son responsables de apoyarnos, pero es preferible avanzar y ayudarnos entre nosotros para salir adelante" , afirmó Fernando Andrade, un vecino de Amatitlán (periferia sur de la ciudad) cuya vivienda quedó anegada por el agua.
El gobierno guatemalteco ha anunciado que contraerá un préstamo de 85 millones de dólares con el Banco Mundial para hacer frente a la catástrofe.
Numerosas instituciones internacionales y países han prometido ayuda para los países centroamericanos afectados.
Organizaciones de socorro recurrieron a las redes sociales como Facebook, Twitter y Hi5, para recolectar víveres y enviarlos a los damnificados o bien a las autoridades, para que los envíen a las áreas que tengan mayor necesidad.
En Honduras, donde la primera tormenta tropical de esta temporada dejó 17 muertos, la población, en particular de la capital Tegucigalpa, revivió la pesadilla que hace más de una década dejó el huracán Mitch, el más destructivo de la historia de la región, cuando vieron las aguas del caudaloso río Choluteca desbordarse por el centro de Tegucigalpa.
"Vivimos casi lo mismo del Mitch; tuvimos que salir corriendo porque el río se nos venía encima" , dijo Pantaleón Sánchez, de 76 años, refugiado en la escuela Juan Guisarro López en la colonia Betania, a la orilla del río Choluteca.
Celso Martínez, de 30 años, tuvo que salir corriendo con su hijo de cuatro años porque "la casa se rajó y estaba a punto de llevársela la corriente" . "Salimos bañaditos" , comentó.
En El Salvador, donde nueve personas murieron y otras dos están desaparecidas, el gobierno está haciendo un recuento de los daños en la infraestructura vial y hay 15 centros de salud afectados.