Para entender la realidad de Guatemala, es necesario ubicar al país en un escenario de post guerra.
El conflicto armado duró casi cuatro décadas, entre los años 1960 y 1996. Las principales causas que lo originaron fueron la inequidad en la distribución de los bienes y del capital, particularmente de la tierra, y la discriminación hacia el pueblo indígena. Estas causas no fueron resueltas a lo largo del enfrentamiento y, en algunos casos, se agudizaron.
El fin del conflicto no significó, por tanto, la victoria de unos u otros, ni logró reivindicaciones sociales, mayor equidad o igualdad. En esta guerra fratricida, perdió todo el pueblo guatemalteco y en esta pérdida se aniquilaron estructuras y valores fundamentales de la vida en sociedad.
Un análisis de la situación de Guatemala, elaborado por el Sistema de las Naciones Unidas, describe el problema central del país como una compleja transición hacia una sociedad equitativa, participativa y respetuosa de los derechos humanos, que posibilite un desarrollo humano sostenible y la consolidación de la paz.
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